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Mostrando entradas de junio, 2023

La pulsera excepcional

En l a orilla de un viejo lago en medio del bosque jugaban dos primos con una pelota. No había viernes que no se juntaran para pasarlo bien al tener sus hogares al lado. Sin querer, mientras jugaban, la pelota fue a parar al agua donde una ondina la atrapó y les amenazó: - Si lo que deseáis es que os la devuelva no os quedará otra que entregaros a mí.     Los niños amaban su pelota, pero con clara preferencia intentaron escaparse. La ondina que tenía los brazos famélicos, largos y duros como las raíces de un árbol les agarró con maledicencia a los jóvenes que no se libraron. Los primos tuvieron que trabajar para la ondina tiempo indefinido. A los dos primos les dolía hasta las manos de todo las que las utilizaban; lo único que les alegró es que uno de ellos encontró una pulsera.    Uno de las primeras obligaciones en cuanto a tareas que encomendó a los jóvenes fue que le pescaran todo tipo de peces y si olían a fetidez las prefería. Los primos se pasaban de sol ...

La mujer enmohecida

Habí a un joven y humilde impresor que fue a llevar unas copias de unos libros a otra imprenta en la otra punta del reino. Para llegar al destino el hombre tuvo que cruzar un espeso y espinoso bosque partiendo desde un pueblo donde residía para llegar a la ciudad que debía ir. Cuando el impresor se profundizó en la espesura en un comienzo fue por la senda más correcta, pero terminó por errar y se perdió por sus adentros.  -            Tenía que haberlo bordeado –dijo el impresor haciendo una pausa en mitad de la tarde-. Es una locura; ni siquiera sé si voy a llegar a tiempo.     Los árboles renegridos y espinosos no invitaban a quedarse y el hombre se dio toda la prisa que le permitieron sus flaqueadas piernas. El impresor procuró ir velozmente, pero se volvió a equivocar de camino y la noche se le vino encima sin excusas. Los graznidos de los cuervos resonaban y las sombras contagiaban al aire. El joven anduvo y lleg...