La pulsera excepcional
En l a orilla de un viejo lago en medio del bosque jugaban dos primos con una pelota. No había viernes que no se juntaran para pasarlo bien al tener sus hogares al lado. Sin querer, mientras jugaban, la pelota fue a parar al agua donde una ondina la atrapó y les amenazó: - Si lo que deseáis es que os la devuelva no os quedará otra que entregaros a mí. Los niños amaban su pelota, pero con clara preferencia intentaron escaparse. La ondina que tenía los brazos famélicos, largos y duros como las raíces de un árbol les agarró con maledicencia a los jóvenes que no se libraron. Los primos tuvieron que trabajar para la ondina tiempo indefinido. A los dos primos les dolía hasta las manos de todo las que las utilizaban; lo único que les alegró es que uno de ellos encontró una pulsera. Uno de las primeras obligaciones en cuanto a tareas que encomendó a los jóvenes fue que le pescaran todo tipo de peces y si olían a fetidez las prefería. Los primos se pasaban de sol ...