Clavel
Había una vez una joven llamada Clavel que su hermosura era soberana y que su alma era más clara que la luz del alba. Era una princesa tan bella que hubiera enamorado a cualquier hombre sólo con que la contemplara. Cuando niña al salir a recoger flores en los andurriales de la primavera tuvo la malaventura, cerca de palacio, de ser despojada de su buena vida por culpa de una horripilante hechicera que era el terror de esos lares y que se la llevó lejos, muy lejos. Los dominios del rey tenían controladas todas las anchas y vastas tierras, propiedades todas del soberano. Pero había zonas, oscuras y profundas partes del bosque, donde nadie se atrevía a profundizarse. Allí llevó la hechicera a Clavel y durante años y años la tuvo encarcelada en un calabozo, no subterráneo, que se ubicaba en lo alto de una loma. Desde palacio, si uno agudizaba la vista, era capaz de ver esa solitaria y tenebrosa prisión. Clavel ge...