El minero
H abía una vez un humilde minero que trabajaba a destajo desde que el sol sobresalía hasta que tocaban las tantas de la noche. Habiendo logrado, al final, ahorrar unos pocos dineros después de una laboriosa temporada de trabajo, manifestó un día a su hermano menor pues él le sacaba casi veinte años: - Tú eres mi hermano, e igual de hermano que yo, aunque seas el pequeño. Has de saber, por lo tanto, que nuestro buen padre nos dejó hace tiempo, hace bastante tiempo este dinero –le mostró un saco lleno de monedas de escaso valor-. Con esto no tenemos para mucho; pero tú te quedarás con algo más, hermano. - ¿Y eso? –preguntó el beneficiado-. ¿Y eso por qué? Pero no nos llevamos lo que nos tenemos que llevar cada uno. Eso no es justo. Cada uno por igual, hermano. - Pero tú quieres formarte, prefieres estudiar. Querías ir a la universidad como yo iré pronto, ¿no es cierto?...