El pinzón y las tres hijas del gran duque
Ha bía una vez un gran duque que pajareaba, pues era un excelente cazador. Pero bien entrado el día, antes de terminar su actividad de cazar se encontró con una mujer tan espléndida como el sol, de la cual se enamoró y pidió matrimonio. La mujer, ante la presencia apuesta y noble del gran duque, cedió encantadamente. Después de casarse concibieron tres hijas. Los años que llegaron a continuación fueron prósperos y felices, pues estaban afincados en el castillo del gran duque, pegado a un bosquecillo fresco y fértil. ¡Olía a plenitud y paz. A este mismo bosquecillo bien solían ir a jugar al escondite las hijas de los grandes duques. Un día, cuando se divertían con sus juegos cotidianos, un pinzón descendió primorosamente ante ellas y de cierto les dijo el pájaro: -Sois las hijas del gran duque y bienaventuradas seáis. Si me dais un pelo de vuestro cabello lo plantaré para que, entonces, crezca más tarde un árbol por cada pelo vuestro. ...