Bundo
Había una vez un vagabundo bastante anciano que deambulaba por el mundo y que no tenía un hogar donde dormir ni una rebanada de pan para llevarse a la boca. Al cabo de unos meses que andaba por unas arboledas se encontró con un manantial y tenía tanta sed que no dudó en refrescarse y lavarse. Pero algo pasó cuando bebió Bundo varios tragos. La barba blanquecina, las arrugas, el aspecto de vejez del mendigo desapareció y retrocedió a sus nueve años. Por lo pronto el mendigo no se lo creía. Al ver Bundo tanta juventud reflejada en el agua se emocionó y se puso a saltar de alegría e incredulidad. - ¿Cómo puede ser que sea tan joven? ¿Es posible que sea tan niño? Si era tan viejo que tenía tantos años que no me acordaba de mi edad. ¿Cómo he podido rejuvenecer de este modo? Bundo empleó el resto del día en encontrar un porqué a su indecible suceso, pero de poco sirvió al no hallar respuesta. Cuando se fue a acostar dio por hecho que su aspecto ca...