El elfo del nácar
Hacía muy mucho tiempo un rey cabalgaba por una de las regiones de su reino y tal es el caso que pasó al lado de un hermoso y florido jardín. El monarca se maravilló tanto con esas plantas y fabulosas flores que mandó a la comitiva que parara y estuvo convencido que eso era obra de los ángeles o de seres divinos. Cuando el rey vio que, entre tantas hojas y pétalos, había una mujer que era más bella que las constelaciones y que sus encantos no tenían parangón con ninguna otra dama de alta cuna, habló con el padre de ella y le pidió el consentimiento para casarse. Ambos se esposaron así al final de ese mismo año, pero el padre mintió diciendo que su hija tenía la cualidad de que aquello que tocara lo convertía en nácar. Eso ilusionó más que bastante al rey que deseaba recubrir todo el palacio con ese excelente y caro material. Una noche cuando iban a ir a la misma alcoba real a dormir, el monarca la dijo: “Mira creo que es mejor que cada uno t...